Esta obra es una reinterpretación personal de «Blue Poles», la icónica pieza creada por Jackson Pollock en 1952. Siguiendo su revolucionaria técnica del drip painting, el cuadro fue realizado mediante el goteo, salpicado y vertido de pintura sobre el lienzo extendido en el suelo, permitiendo que el movimiento corporal y el azar se conviertan en parte esencial del proceso creativo.
Utilicé materiales similares a los de Pollock —acrílicos, esmaltes industriales y palos como herramientas— para acercarme a su lenguaje plástico, pero con una mirada contemporánea y personal. El gesto espontáneo, la superposición de capas y la energía dinámica del trazo evocan la expresividad caótica y vibrante que caracterizó al expresionismo abstracto.
Este homenaje a Blue Poles no busca copiar, sino dialogar con la obra original: un ejercicio de conexión con la libertad artística y la ruptura de límites que definieron la estética de Pollock y continúan inspirando nuevas formas de entender el arte.
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